Nacido en Buenos Aires el 15 de setiembre de 1887 y fallecido en la misma ciudad en 1957. Artista pintor de La Boca, de formación autodidacta, bohemio y escritor. El cachivache, se llamó su primer atelier en la Vuelta de Rocha, punto obligado de reunión de sus amigos músicos y pintores. Inventó el crefundeo, vocablo derivado de crear y fundar, un idioma de palabras con numerosas sílabas, consonantes yuxtapuestas y vocales en cuadriptongos. Ollavaca fue precursor, además, de la moda de su época. Prefería vestir camisas sin cuello con una chalina anudada a modo de bufanda. A la corbata la llamaba despectivamente el yuguito. Asiduo concurrente a La Peña del Tortoni, pintaba pero prefería que lo consideraran poeta y renovador del idioma. Figuró en muestras en diversos salones y galerías, entre ellos, el Salón Ayllon en 1912, el Salón de los Independientes en 1941, Galería Van Riel en 1944 y el Salón de La Peña en 1947. Editó un libro en 1929, donde le dedica un texto en crefundeo a su amigo Quinquela, con quien trabajó en algunos de sus murales. Personaje singular, bohemio impenitente, fue también amigo de Filiberto, Discépolo y del Príncipe de Gales. Su obra pictórica fue de un expresionismo surrealista, alimentado, tal vez, por su literario crefundeo. Junto a Santiago Stagnaro, Valentín Thibón de Libián y Luis Ferrini, en la primera mitad del siglo veinte tomaron como tema procesiones, fiestas religiosas, carnavales y bailes. Cultivó el género paisajista, realizando obras fantásticas, pobladas de monstruos y extrañas figuras. Se realizó una muestra retrospectiva de su obra en Galería El Taller de Buenos Aires en 1965. Ollavaca es un soñador de extrañas facetas y su obra es una nota singular en el laberinto de las inquietudes estéticas. Hemos pensado que una figura así, cuya personalidad acusa rasgos no comunes, debe ser puesta de relieve en cualquier ciudad del mundo, Benito Quinquela Martín, opinando sobre Adolfo Ollavaca. http://www.arsomnibus.com.ar/ Museo de Bellas Artes de La Boca, Editado por el Ministerio Nacional de Educación, Buenos Aires 1956. Adolfo Ollavaca, pintor y poeta, pero sobre todo, personaje entrañable de la bohemia porteña de primera mitad del siglo XX. Artista singular, cuyas pinturas se acercan a extraños mundos, y cuya obra literaria está escrita en “Crefundeo” un idioma que él mismo había creado. Aunque el mundo entero parece haberlo olvidado, su rara y oscura luz, de inciertos modos aún nos alcanza.
