Pío Collivadino, nació en Barracas, Buenos Aires, el 20 de agosto de 1869. Estudió dibujo en la sociedad cultural ítalo-argentina, Societá Nazionale de Buenos Aires, y en 1889, viajó a Roma, donde en 1891 fue aceptado en la Accademia di San Luca, la Academia Nacional de Bellas Artes, egresando de ella siete años después. Allí fue entrenado por Cesare Mariani, y colaboró en los frescos decorativos de la Corte Constitucional de Italia. Collivadino siguió siendo requerido en la Argentina, y participó en numerosos jurados de arte. Fue nombrado Director de la Academia de Bellas Artes en 1908, y fue destacado en la Exposición Internacional del Centenario, en 1910. Los años siguientes fueron testigos de la creación de las obras más conocidas de Collivadino, como Usinas (1914). Collivadino creó su propio teatro llamado “La Higuerita”. Tuvo a su cargo la dirección escenográfica en el famoso Teatro Colón y fue presidente del directorio del mismo. Siguió siendo director de la Academia Nacional de Bellas Artes, donde enseñó hasta su jubilación en 1935, siendo algunos de sus alumnos Lino Enea Spilimbergo, Miguel Victorica, Raquel Forner, Héctor Basaldúa y Benito Quinquela Martín. Regresó a la Argentina en 1896 y se hizo conocido por sus litografías románticas. Asistió a tres exposiciones internacionales en Venecia, de 1903 a 1907, donde su cuadro La hora del almuerzo (1903) ganó una medalla de oro. También estuvo en la Exposición Universal de San Luis (1904), en EE.UU., donde obtuvo una de plata y una de oro. Ayudó a organizar la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en 1939, y el Museo de Calcos y Escultura comparada en 1941. Fue director de la Escuela Prilidiano Pueyrredón hasta 1944, cuando fue obligado a retirarse por el nuevo gobierno militar del general Pedro Pablo Ramírez (cuya política cultural era hostil a las influencias europeas y favorable a lo que describía como “virtudes criollas”). Uno de los últimos alumnos de Collivadino en la Escuela Prilidiano Pueyrredón, el pintor, dibujante, periodista y escritor Geno Díaz, graduado en aquella en 1946, describió estas circunstancias en su autobiografía humorística de 1984 afirmando: El 4 de junio [de 1943], estalló la revolución, y expulsó al director de la escuela, don Pío Collivadino, un hombre de grandes conocimientos técnicos, un reconocido artista que había dedicado su vida a la Escuela. Fue cruelmente reemplazado por uno de esos perversos incompetentes, y el ilustre maestro anciano murió de tristeza. Fue un crimen más, entre muchos otros, del fascismo en la Argentina. El maestro Pío Collivadino murió en Buenos Aires el 26 de agosto de 1945, a los 76 años.